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Ideas desde una Caja

MACONDO EXISTE

MACONDO EXISTE Macondo se levanta y abre sus ojos hacia un nuevo amanecer. Sus calles llenas de polvo apenas dejan ver las historias de tiempos pasados que se sienten con sólo poner un pie sobre ellas.

Aunque en Macondo algunos sean de tierras lejanas, todos se dejarán hechizar por la belleza de sus campos, montañas, valles y playas

Con él se despiertan también los recuerdos del ayer, las batallas perdidas y las ilusiones que se ven escapar de las manos de muchos de sus habitantes.

Aún así, aunque la tristeza se note en la mirada, su gente nunca se ha rendido en el primer intento, nunca han dejado de dar hasta el último esfuerzo, hasta la última gota de sudor.

En este lugar nadie se queda olvidado. Ni los muertos, ni los vecinos, ni tampoco los extranjeros, porque aunque en Macondo algunos sean de tierras lejanas, todos se dejarán hechizar por la belleza de sus campos, montañas, valles y playas. El calor humano que se vive aquí es tan grande, que aún siendo un desconocido y estando en el pueblo más insignificante, todos se sienten en casa.

Aunque a veces el desempleo y la pobreza nos atropellen de mil maneras y las oportunidades de subir de estrato sean casi imposibles... En Macondo siempre hay un nuevo motivo para levantarse cada día.

Aquí, hemos aprendido a no tenerlo todo, porque al final nunca se ha tenido nada, a trabajar duro por eso, porque tanto aquí, como en muchos lugares del sur, las cosas nunca caen del cielo.


Es triste cuando lo veo ser el protagonista en una noticia de drogas, o en una crisis de violencia por parte de grupos organizados que decidieron tener como opción de vida, las armas

También hemos aprendido que muchas veces las mejores cosas de la vida son invisibles a los ojos, por eso será que no compro el bronceado perfecto en el supermercado y prefiero sentir y disfrutar la caricia suave de los rayos del sol.

Es triste cuando lo veo ser el protagonista en una noticia de drogas, o en una crisis de violencia por parte de grupos organizados que decidieron tener como opción de vida, las armas.

Y es aún más triste dejarse llevar por la primera impresión de las cosas, y no por lo que realmente son.

Todos estos detalles describen un lugar que casi nadie quiere visitar por miedo a ser raptado. Este es el lugar donde nací. Un "Macondo", un lugar imaginario, que se lleva por dentro como la tristeza o como la felicidad... y que te recuerda a cada instante de donde vienes y para donde vas.

Mi Macondo, es Colombia.

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